Mientras vamos por el recorrido ordinario de la vida, llega el punto en el que nos cuestionamos ¿para qué vivo?, y hoy la liturgia nos propone la única respuesta válida a esa interrogante, y su respuesta nos conmueve, pues Dios nos manifiesta que está interesado en establecer una relación íntima con nosotros y a través de ella, crezcamos, y Él esté siempre con nosotros para cumplir sus promesas de hacernos felices y que le demos gloria con todo nuestro ser