El plan de salvación y glorificación que Dios tiene para con nosotros, es llevado a cabo contando con nosotros, pues Dios envió a su Hijo al mundo por medio de una mujer, la Virgen María y con su participación la convierte en madre de la Merced, es decir, de la Misericordia, impulsándonos a nosotros a comprometernos también con ser canales de la misericordia