La misericordia de Dios es infinita no nos tratan como merecen nuestras culpas sino que siempre está dispuesto a darnos vida en abundancia entregando a su propio hijo para nuestro rescate nos ofrece la justificación gratuitamente y nos pide que nos adoramos a él con todo nuestro ser es decir con nuestra mente nuestro corazón nuestras fuerzas en una relación de fe