“Paz y alegría … en Jesús, José y María. Seguimos entrando por la puerta que es angosta, conscientes de que la fe, el amor y la esperanza, son ese trípode que sostiene a la comunidad, y que solamente el Evangelio, es capaz de traernos la nueva y definitiva propuesta de felicidad, y en continuidad con esto hoy, San Pablo nos recuerda que la Palabra de Dios no se recibe como una idea, sino como una presencia viva que actúa en quienes creen. La comunidad de Tesalónica no solo escuchó el mensaje: lo acogió como semilla que transforma. Vivir en comunión con Cristo implica dejar que su Palabra nos habite, nos cuestione y nos configure. Escuchemos la Palabra que nos edifica.”