El Señor nos enseña que el temor reverente es el fundamento de una vida espiritual auténtica. Hoy, Moisés, en su despedida, nos entrega una promesa que atraviesa el corazón: “El Señor tu Dios es el que marcha contigo; no te dejará ni te abandonará” (Dt 31,6).
En este martes, abrimos la Roca para descubrir que la fidelidad de Dios no depende de nuestras fuerzas, sino de su presencia constante. En medio de los cambios, las transiciones y los miedos, Él permanece. ¿Cómo caminar hoy con esa certeza?