El domingo nos llamaba a vivir como “pequeño rebaño” que confía y vigila. El lunes nos enseñó el temor reverente. El martes, la certeza de que Dios marcha con nosotros. Ayer, contemplamos que la obra continúa más allá de nosotros. Hoy, la Palabra nos muestra el momento en que el pueblo cruza el Jordán: un paso decisivo, un acto de obediencia, una señal de que Dios cumple sus promesas.
Abrimos la Roca para descubrir que la vida espiritual también tiene momentos de cruce: dejar atrás lo viejo, entrar en lo nuevo, confiando en que el Señor abre camino. ¿Qué Jordán estás llamado a cruzar hoy?