Dios confía en el hombre y le cuenta sus intenciones nos invita a conocerle profundamente y establecer una relación con él nos da a conocer el valor de la santidad capaz de salvar ciudades y nos llama a la intercesión los unos por los otros dejando atrás todas aquellas cosas que puedan postergar nuestra respuesta a colaborar con el anuncio de la salvación