Amar al hermano es en términos de Jesús, andar en la luz y esto se logra guardando sus mandatos de modo que, caminemos en la verdad y está verdad nos permite la libertad para que en todo cuánto hagamos la norma de conducta sea el amor; un amor desinteresado, abnegado y capaz de sacrificio. Sigamos celebrando Navidad recordando que, aquel niño que su pequeñez y sencillez de Belén, nos enriquece con su pobreza.