El don más precioso: la Vida, solo se es posible, si se tiene al Hijo de Dios en nosotros, y tenemos al Hijo de Dios y si creemos en Él, en su venida al mundo como hombre, si participamos del agua del bautismo, de su Cuerpo y su Sangre entregados en la comunión y si vivimos en el Espíritu, que Dios nos da para que podamos permanecer en su amor.