Hoy san Pablo nos recuerda que, Dios nos ha llamado a ser parte de su Pueblo Sacerdotal y nos ha confiado la misión, que no es obra humana, sino gracia de Dios. Él mismo se reconoce débil, pero afirma que Cristo ha obrado en él por la fuerza del Espíritu y nos impulsa a ser ofrenda agradable a Dios.