Sin santidad nadie, verá a Dios, sin embargo, tu y yo somos santos porque Dios que es santo nos hizo a su imagen y semejanza, porque hemos sido santificados en la Sangre del Cordero, porque El Espíritu Santo habita en nosotros como en un templo santificándonos con su presencia, vivamos en santidad, atraídos por los santos que ya están en la presencia de Dios, por querer ver a Dios y por la intercesión de todos los santos