Ser humano implica ser creador.
La creatividad emana de nosotres como el monóxido de carbono que exhalamos. Si no permitiéramos que ese gas salga de nuestro cuerpo nos envenenaríamos y moriríamos.
A conciencia o sin ella, creamos constantemente. Si dirigimos ese caudal creativo, entonces le sacaremos todo el provecho posible. Si por el contrario nos entregamos al miedo por ejemplo, toda esa potencia creadora se pondrá al servicio de generarnos cuanto antes la mejor sensación de miedo que seamos capaces de conseguir.
Está claro que estoy trascendiendo en este texto los límites de la cuestión creativa aplicada a las Artes y es que cualquiera que haya caminado por los caminos de una disciplina artística buscando las profundidades y los orígenes de la creación, estará de acuerdo conmigo en que una vez que se descubren algunos mecanismos para crear, nos surge la pregunta de si resultan aplicables a nuestras vidas para crearnos una realidad mejor.
Cuando escribo pensando en un grupo de teatro específico pienso en cómo, desde el texto puedo contribuir a crear esa realidad que el grupo imagina, dandole a cada personaje la posibilidad de brillar y buscando la historia que lleve en sí el mensaje que quieren transmitir.
Cuando el elenco pone el cuerpo crea una forma que luego cuando se presenta ante el público se constituye en una nueva realidad. Las formas que cada miembro de ese equipo encuentre para crear esa realidad dependerán de su forma de ver la propuesta, de sus posibilidades físicas y de la flexibilidad con la que cuente para permitir que entre lo nuevo.
Quienes participan de ese proceso tranquilamente pueden ver que la realidad es moldeable. Que solo hace falta tener un guion y ponerse a trabajar reconociendo nuestras dificultades y nuestros potenciales.
Ahora, por ejemplo, me está tocando acompañar en una asistencia, a una persona que tiene mucho talento para la música. Tanto que es capaz de crear un arreglo para una orquesta y que suene delicioso.
Mi trabajo consiste en que esa persona descubra, que las mismas herramientas que utiliza para crear un arreglo, también puede utilizarlas para crear su propia vida.
Si tiene el poder de salirse del mundo y solo ver, oír y descifrar ese arreglo, el de encontrar las notas <aún las disonantes> que hacen que suene mejor y el de elegir que quiere resaltar y a que prefiere restarle importancia, entiendo entonces que debe tener el poder de hacer lo mismo con lo que cree que es su vida hoy y hacerse el regalo de crearse otra realidad en la que sea más feliz.
Que entienda que lo de ganar el pan con sacrificio del que duele, dejó de ser necesario y que el mundo lo necesita haciendo lo que mejor le sale. Explorando su talento.
Y que ya nos enteramos de que nos podemos crear nuestra propia realidad. Por supuesto que habrá que renunciar a algunas cuestiones, pero mientras sea para mejor… mejor.
Siempre dudo acerca de si queda claro lo que quiero decir.
También aprendí que soy así.
Me despido hasta la semana que viene.
Salú!