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Description

De  los ocho hijos de la pareja formada por José Joaquín Rincón y Bertha  Ballén, solo uno ha incursionado en el ámbito artístico: se trata de  Albeiro -el mayor- quien heredó de su padre el gusto por la música  popular. Desde sus primeros años, el pequeño lo acompañó en sus  correrías en las que amenizaba, junto con otros músicos, diversos  eventos en las veredas de Tausa (Cundinamarca). Tocando la guacharaca,  el niño seguía el ritmo de las tonadas que escuchaba en la radio; esas  mismas que interpretaba con molinillo en mano, siguiendo las  instrucciones de don José Joaquín.

En medio de un núcleo familiar donde le fueron inculcados valores como el respeto, la humildad y el trabajo, creció Albeiro Rincón.  Su niñez no fue muy distante a la de sus paisanos. Juegos como el  boliche, escondidas, trompo y coca se alternaban con las actividades  académicas. Pero Albeiro tenía un plus: la música. De este modo,  escuchando e interpretando canciones de Rómulo Caicedo, Cornelio Reina, Gabriel Raymon, Darío Gómez, Luis Alberto Posada y El Charrito Negro, entre otros, Albeiro le daba matices a su rutina.

Don José Joaquín al notar el talento de  su hijo, le cedió algunas composiciones y le patrocinó la grabación de  dos demos que le sirvieron para darse a conocer a nivel local y  regional. Años más adelante, Albeiro Rincón llegó a  Zipaquirá donde aprendió a tocar el acordeón y afinó su voz al formar  parte de la agrupación Los Sheriffs del Norte. Las presentaciones que  llevó a cabo le forjaron el carácter que hoy en día conserva en tarima.  Fue en el año de 2006, a la edad de 26 años, que la carrera artística  del tausano tomaría un nuevo rumbo.