¡Permanezcamos en Dios!
Jesús nos dice que debemos permanecer en él, porque lejos de Jesús el destino será la muerte. Si permanecemos en Jesús, debemos dar fruto, sino seremos cortados. Así como el pámpano que está despegado de la vid. Aún así, Dios nos limpia y restaura, pues su deseo es que permanezcamos en él para darnos salvación y vida eterna. En Romanos, capítulo 11 versículo 20, se habla de las ramas del olivo, las cuales simbolizan el pueblo de Dios. Algunas ramas fueron desgajadas por desobediencia. Aún así, si fuésemos cortados, Dios puede injertarnos de nuevo. Así que no te rindas, no te canses, porque aunque estés seco, recuerda que es promesa de Dios que los huesos secos vivirán. Todo lo que esté muerto; todavía Dios puede darle vida. Dios puede darle vida al llamado que te hizo; todavía él puede de la muerte dar vida.
Lo más importante que debemos recordar es que debemos permanecer en Dios. Es parte de nuestra vida que en ocasiones no veamos lo que anhelamos. Debemos recordar q los mejores olivos retornan al estado silvestre sino reciben los cuidados.