Zulema
Aterrada porque a principios de semana el municipio de Tecate, Baja California se sacudió por el arribo de un centenar de militares e integrantes de la Guardia Nacional, la alcaldesa de ese municipio Olga Zulema Adams Pereyra se arrepintió de haberle presentado una denuncia penal al gobernador del Estado Jaime Bonilla Valdez.
¡Supuso que Bonilla los había enviado!
Un helicóptero artillado despertó el lunes a los habitantes del “pueblo mágico bajacaliforniano” y generó un sobresalto a Zulema Adams, quien asumió la alcaldía el año pasado cobijada por MORENA.
El caso es que una semana antes, está mujer denunció ante la Fiscalía General de la República al gobernador Bonilla por amenazarla a través del secretario general de gobierno Amador Rodríguez Lozano.
La señora Adams afirma que al negarse a avalar la reducción de tiempo de la próxima gubernatura, el secretario Rodríguez le lanzó amenazas a nombre del gobernador Bonilla.
Apenas trascendió que la alcaldesa Adams viajó a la Ciudad de México para acusar a Bonilla con el presidente y ante la Secretaria de Gobernación, el mandatario estatal arremetió contra Zulema mientras desestimaba sus señalamientos.
Esas críticas subieron de tono durante los informes matutinos del gobernador hasta el punto de destacar un mote ganado por Zulema.
¡Lady salón de Belleza!
Esa señora debería ponerse a trabajar en lugar de pasársela en el salón de belleza, espetó en un par de ocasiones Bonilla Valdez.
Tanta presión debió sentir Zulema que el corazón debió darle un vuelco al escuchar las tronantes hélices de los helicópteros militares.
Y es que si alguien lo ignora, existen versiones que vinculan a Zulema con oscuros personajes del mundo delincuencial.
No ha desmentido que su hermano Carlos es investigado por el FBI por dedicarse a labores oscuras.
Lo único que ha refutado es que está divorciada de Martín Gómez Gómez, alias El Charro, detenido hace años por delitos contra la salud en Estados Unidos.
Zulema supo que cometió un gravísimo error al denunciar a Bonilla ante la FGR, al conocer que el gobernador ya tiene en su poder un obeso expediente sobre sus vínculos con personas de dudosa reputación.
Eso explicaría porque el lunes a Zulema Adams se le bajó la presión.
Además, pudo parecerle sospechoso que el gobernador Bonilla —de repente— dejó de ocuparse de ella.