Azufre II
Invadido el ambiente por el agrio tufo que solamente despide el Diablo, aquellos experimentados políticos bajacalifornianos reconocen que el ex embajador de México en Suiza Fernando Castro Trenti se ha encargado de enviar “señales cruzadas” con la intención de desconcertarlos.
Hace un par de semanas Cicuta refirió que ocho días atrás, Castro Trenti se entrevistó con el gobernador de Baja California, el morenista Jaime Bonilla Valdez, a quien le habría planteado su intención de ser candidato a la gubernatura por el Partido del Trabajo (PT).
Habilidoso como el demonio, Castro Trenti pudo decirle que de apoyar sus intenciones, se encargaría de “unificar” las corrientes de MORENA que no simpatizan con los “bonillistas”.
En otras palabras el Diablo le propuso ser el candidato a la gubernatura de la alianza MORENA-PT el próximo año.
¡Apesta a azufre!
Sin embargo hay quien dice que la verdadera intención del Diablo Castro es convertirse en diputado local en la próxima legislatura, lo que le garantizaría un control absoluto de la política bajacaliforniana.
En el entendido que la próxima gubernatura del Estado recaería en la actual alcaldesa de Mexicali Marina del Pilar Ávila Olmeda, el escenario del Diablo Castro es precisamente controlar a Marina para cumplir el acuerdo con Mario Delgado, principal impulsor de la mujer.
Castro se ha encargado de divulgar (en corto) su relación y acuerdos con el diputado federal Mario Delgado, actual coordinador de la bancada de MORENA en San Lázaro, a quien el Diablo asesora desde hace meses.
Aunque solo las especulaciones señalan que el diputado Delgado repele toda acción de Jaime Bonilla, el Diablo Castro ofreció a ambos el beneficio de “la unificación”, aunque los dos saben que Castro no da paso sin huarache.
