Milfuegos
Acorralado por las evidencias y abandonado por el gobierno mexicano, el general Salvador Cienfuegos Zepeda debe suponer que su destino será pasar el resto de su vida en la cárcel.
Y es que muy pocos han reparado en que Cienfuegos tiene actualmente 72 años y difícilmente podría llegar a los 97.
Este cálculo se estima pues —según juristas consultados— la pena mínima que alcanzaría sería de 25 años de prisión.
Luego de su aprehensión el viernes 16, la periodista Anabel Hernández recordó que en su libro México en Llamas refiere que, al despachar como titular de la Región Militar en la zona del Estado de Guerrero, el general Cienfuegos estaba estrechamente vinculado con el fallecido narcotraficante Arturo Beltrán Leyva.
Según Anabel, estos personajes se reunían “intermitentemente” en las paradisíacas playas de Acapulco en un yate propiedad del empresario Jaime Camil.
Ahí debían establecer acuerdos pues, en ese entonces Beltrán Leyva estaba fusionado con el Cartel de Sinaloa.
En la entrevista, Anabel Hernández menciona a una joven mujer que acudía a esas reuniones y salía de allí con un portafolio lleno de billetes que entregaba en Los Pinos a su patrona Marta Sahagún.
Seguro que la autoridad norteamericana está enterada de los detalles contenidos en ese libro, situación que acorralará a Cienfuegos y dará fuerza a la versión que fue el Chapo Guzmán quien confirmó a los gringos que Cienfuegos siempre les brindó protección.
Respecto al “abandono” que ha resentido por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el general Cienfuegos tiene bajo la manga una carta para fastidiarle la vida al actual comandante de las Fuerzas Armadas de México.
Cienfuegos podría fácilmente involucrar al actual secretario de la Defensa de AMLO Luis Cresencio Sandoval.
Este último fungió como su Segundo de abordo durante toda la gestión anterior, lo que significa que el general Sandoval está enterado de “todo”.
Algunos analistas opinan que AMLO debería destituir a Sandoval de la SEDENA, aunque aumentaría el malestar de la tropa.
Los soldados están muy resentidos con el presidente, pues fue incapaz de maniobrar ante Estados Unidos para evitar el extremo desprestigio internacional de las fuerzas armadas de México.
Si AMLO hubiese protestado (aunque sea débilmente) por el arresto de Cienfuegos, hubiese sido un acto que tomarían muy en cuenta los militares que —dicho sea de paso— se han convertido en policías e incluso albañiles por las ocurrencias de su comandante supremo.