Azufre
Habilidoso en el arte de manipular a los ambiciosos, el ex embajador de México en Argentina Fernando Castro Trenti se dedica a frotarse las manos para convertirse de nuevo en candidato a gobernador de Baja California pero no por el PRI, ni tampoco por MORENA.
¿Entonces, a qué partido abanderaría el Diablo?
¡Iría por el PT, aunque apoyado por una parte de MORENA!
Algunos personajes reconocen que Castro Trenti anduvo en el Estado de Baja California la semana pasada, aunque la mayoría de ellos aseguran “que ignoran” ¡A qué pudo venir!
¿Acaso vendría de paseo?
Naaaa...
Un mexicalense especialista en meterse en lo que no le importa, asegura que el Diablo sostuvo una larga charla con el morenista gobernador Jaime Bonilla Valdez, quien abiertamente lo ubica como “su amigo”.
Instalados en ese escenario el gobernador Bonilla le habría externado las dificultades que enfrenta para decidir quién podría sucederlo en el cargo el año próximo.
Primero deberá ser “alguien” que le garantice tres cosas, que son lealtad, la continuidad y el carácter.
Además debe ser alguien que conozca “al dedillo” los vericuetos de la política y deberá tener el temple suficiente para soportar las tempestades venideras.
En su exposición el gobernador Bonilla habría enumerado a su compadre el fiscal estatal Guillermo Ruiz Hernández; al secretario de Economía Mario Escobedo Carignan y al infumable titular del INDIVI Marco Antonio Blásquez Salinas.
Y aunque los tres anteriores tienen inconsistencias, sin duda alguna son de toda su confianza.
Bonilla habría reconocido que adelante de ellos están los alcaldes de Tijuana y Mexicali Arturo González Cruz y Marina del Pilar Ávila Olmeda, aunque pudo aclarar que ninguno de los dos le garantiza la lealtad que busca.
Mientras Arturo González tripula su propio barco al escuchar melodías cantadas al oído por algunos de sus incondicionales, Marina del Pilar está políticamente apuntalada por el diputado federal morenista Mario Delgado, quien es “contrario” a la corriente del Bonillismo.
Si se trataba de reunir el perfil concebido por Bonilla, Castro Trenti ¡pudo suponer que hablaba de él!
Porque además de garantizarle lealtad (?) y continuidad, Castro Trenti pudo regodearse al saberse un científico de los torcidos caminos de la política.
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