La amargura es una atadura que afecta a la persona que la padece como los que están alrededor de ella. Jesús vino a libertar a los cautivos y a sanar a los quebrantados de corazón. El antídoto para no darle cabida a la amargura es el perdón. Decide hoy ser libre de la amargura y vivir una vida abundante que solamente la puede dar Jesús morando en el corazón del ser humano. Reflexiona y Aplica. Bendiciones. 🙏🔥🤗❤️