"La cosa más difícil es conocernos a nosotras mismos; la cosa más fácil, hablar mal de los demás
¿Tiendes a aferrarte al pasado, a las personas o a algunas situaciones, aun cuando te hacen sufrir o has hecho algo para aprender a soltar?
A lo largo de la vida, vivimos todo tipo de situaciones. Independientemente de que éstas sean positivas o negativas, alegres o tristes, con frecuencia, tendemos a aferrarnos a ellas.
Actuar así, es un error.
Nos guste o no, lo aceptemos o lo rechacemos, nada es permanente en la vida, todo cambia y ante este hecho tenemos dos opciones:
- Podemos fluir con los cambios o
- podemos quedar atrapados en relaciones, sentimientos y momentos dolorosos, que nos impide seguir avanzando y disfrutar de la vida.
Aprender a soltar significa:
- Dejar de forzar una situación para que se dé, como nosotros deseamos que se dé. Con frecuencia queremos lograr esto, a pesar de que no existen los elementos adecuados para que así suceda.
En este aspecto, es importante tener en cuenta que las cosas funcionan por la ley de causa-efecto, por lo tanto, si se dan las causas necesarias, se van a dar los efectos o resultados correspondientes, aunque no estemos de acuerdo o no entendamos lo que sucedió, porque no conocemos las causas y sólo vemos los resultados. - Dejar de luchar para mantener una situación, que no tiene suficiente sustento para ello.
Recuerda que todo tiene un fin, pero ese final es el principio de algo nuevo, en lo que nosotros podemos influir, para obtener el máximo beneficio posible. Por lo tanto, es importante aprender a disfrutar de lo positivo y placentero que se nos presenta a lo largo de la vida y aprender de lo negativo, pero sin quedarnos atrapados en esos aspectos, estando conscientes de que el dolor es pasajero y nos ayuda a fortalecernos y a desarrollarnos
¿A qué te estás aferrando?
Entre las principales cosas a las que nos podemos aferrar, encontramos:
- Una relación. Esto sucede cuando somos dependientes de alguna persona o no queremos aceptar que una relación ya se terminó.
- Pensamientos negativos o erróneos, que aprendemos a través de los años y que, por rigidez y/o miedo al cambio, no tratamos de modificar.
- Una adicción o mal hábito que nos sentimos incapaces de modificar, debido a una baja autoestima o por falta de la motivación y la disciplina necesarias para hacer el esfuerzo que se requiere.
- Emociones negativas que nos hacen sufrir innecesariamente, como por ejemplo, enojo, resentimiento, culpa, etc. Aparentemente, algunos sentimientos pueden darnos la sensación de tener mucha energía, poder o control, lo que hace que nos aferremos a ellos, pero, en realidad, nos desgastan emocionalmente y afectan nuestra conducta de forma muy nociva.
- Una imagen negativa de nosotros mismos, que proviene de un aprendizaje y autoreforzamiento constantes.
- Eventos y recuerdos del pasado que nos causan dolor. Con frecuencia, nos aferramos a éstos, porque refuerzan nuestra imagen de víctimas o porque nos mantienen en una posición en la que no tenemos que esforzarnos para enfrentarnos a un presente, que no podemos o sabemos manejar.
- Dinero o algunos objetos materiales.
- Esperanzas sin sentido, que no están basadas en la realidad.