Antes de que existiera la Madre Teresa, existió la Madre Dabney. En 1925, Elizabeth J. Dabney y su esposo fueron a trabajar para una misión en la Ciudad del Amor Fraterno, pero no había mucho amor en su vecindario. Era un infierno. Su esposo había sido llamado a predicar. El oficio de ella era orar, pero no se limitaba a orar; oraba sin desmayar...
