La Doctrina de la Justificación por la fe establece como fundamento de proclamación que Jesús es Señor y Cristo; el Señorío de Cristo Jesús es la proclama de que nadie puede venir al Padre y ser reconciliado con Él si la persona no está dispuesta a sujetarse en obediencia a Jesús.
¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que digo? (Lucas 6:46)
En su primera proclamación en Jerusalén, en Hechos de los Apóstoles capítulo 2, los apóstoles proclamaron por primera a de más de siete mil personas reunidas en Jerusalem ese día, que Jesús había resucitado de los muertos, y que el Padre lo había constituido en Señor y Cristo; leemos:
Hechos 2:36: Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Esta es la Proclamación del Evangelio, y sobre ella se construye la vida de fe: Jesús es Señor y Cristo.