Conversamos con Martin Barreiro, Director general de las obras en el històricoteatro El Convento.
Desde 1996, la Compañía de Teatro Argentino de Cámara, que dirige Martín Barreiro, funciona en el teatro El Convento, un ámbito que le fue dado en comodato por los frailes mercedarios y tiene su sala en el segundo piso del Convento Grande de San Ramón Nonato, en Reconquista 269.
Luego de franquear un portón de madera, una pequeña escalera lleva a un paradisíaco espacio que conserva su arquitectura colonial. En su centro está ubicado un patio con jardín de altas palmeras y plantas, presidido por la estatua de la Virgen de la Merced -la basílica está en la esquina de Reconquista y Tte. Gral. Perón-. El verde espacio bordeado por amplias galerías en las que funcionan restaurantes y locales de anticuarios permite un relax al febril ritmo del barrio de San Nicolás. En uno de los costados, otra escalera de madera tan vieja como el tiempo -no sabemos si es de roble- lleva a las galerías del segundo piso. Un exclaustro con una arcada sirvió de inspiración a Barreiro y su equipo para ambientar su sala, de 50 o 70 butacas, depende de las obras.
Universitarios, gente de la City, fanáticos de los clásicos y alumnos y exalumnos de la Compañía de Teatro, con los que se comunican a través de las redes sociales y mails, y a los que a lo largo de los años les han ofrecido piezas de Shakespeare (Hamlet, Macbeth, Otelo, Rey Lear, Julio César, Tito Andrónico, Ricardo III) o de Molière (Las picardías de Scapin y El avaro, se mantuvieron ocho años en cartel), conforman su entusiasta público. Estas obras les permitieron ser declarados de interés cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación y lograron el reconocimiento de países como Francia, España, Brasil y Chile, a los que han viajado con sus espectáculo
TOMADO DE DIARIO LA NACION