Isaías 2:11-17 nos confronta directamente a nosotros, confronta nuestro orgullo. El corazón, por naturaleza, es pecaminoso y orgulloso. Cuando Cristo vuelva juzgará a todo ser viviente y quebrantará nuestro orgullo ¿De donde sale nuestro orgullo? ¿De que nos enorgullecemos tanto? No somos nada ante la grandeza de Dios, humillemonos y adoremosle