Económica, social y emocionalmente, el año 2020 es un año perdido.
Esto se comenta en los cafés -que aún están parcialmente abiertos- y por supuesto en los análisis de las empresas.
Desde octubre que comenzaron sus reuniones de Planeación Estratégica, las empresas encontraron en general tres resultados del 2020: 1. La mayoría perdió ingresos y están en punto de equilibrio o en números rojos. 2. Otro porcentaje quebró. 3. Y una minoría consiguió incluso superávits de uno o dos dígitos.
Pero un aspecto que se ve claramente negativo con los datos del Inegi de este martes, es la productividad.
Un elemento que suma a la cadena de valor de las empresas hoy está fracturado.