La verdad es que Puebla ha sido bien vista por los presidentes de la República por lo menos de los últimos tres sexenios.
Enrique Peña Nieto le dio a Puebla cubetadas de recursos para proyectos de infraestructura, aunque claro, el más grande y cuestionado fue el -inservible- segundo piso de la autopista México-Puebla.
Antes, Felipe Calderón apoyó sobre todo obras carreteras y fondos educativos. De hecho, fue cuando el SNTE alcanzó uno de sus principales crecimientos y aparición de su partido, confrontado con el panista.
Y actualmente, Andrés Manuel López Obrador tiene una relación personal de respeto y colaboración con el gobernador Miguel Barbosa Huerta. Aunque el poblano ha sido duro y directo al criticar falta de apoyo federal en materia de la lucha contra el COVID-19.
