Sin duda la economía se paralizó en el mundo entero ante la pandemia del COVID-19.
En México no cayó como anillo al dedo a nadie porque cambió todo. Todos los planes.
Al gobierno federal le cambió todo, y poco ha podido hacer para dar resultados frente a las enormes expectativas creadas ante la pésima imagen que dejó Enrique Peña Nieto por la corrupción de su gabinete y gobernadores priistas.
A los gobiernos estatales y municipales les complicó los escenarios de inversión, porque los recursos tuvieron que girar en torno de la atención de la emergencia.
A las empresas ni se diga.