La relación con Dios se fundamenta en base a principios espirituales superiores establecidos por el Creador, los cuales no debemos ignorar. El respeto a esos principios producirá grandes cambios en nuestra vida. La manifestación más clara de esa verdad está constituida por las palabras lapidarias de Jesús:“…Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. Mateo 6:33-34.