Un hijo es la obra que trasciende a cualquier otra que podamos lograr en esta Tierra. Dos hijos son el éxtasis de nuestra capacidad creadora, todos los hijos con los que la Providencia ha llenado cada nido constituyen la misión más excelsa y sublime que se nos ha encomendado como seres humanos. Dios ha provisto al ser humano su espíritu creador, ha puesto en el hombre y en la mujer las semillas de la vida. La mujer da a luz a su hijo. Hasta ese día el bebé ha estado guardado en el vientre cálido y oscuro de mamá; pero, ella con su potencia lo saca del refugio tibio de su vientre para traerlo a la vida, donde lo guardará para siempre en el refugio tibio de su corazón.