Cuando hay un terremoto los fundamentos de las edificaciones son capaces de soportar los embates de los movimientos de la Tierra, porque han sido construidos de acuerdo a normas de la Ingeniería que los mantienen de pie y en el peor de los casos pueden ser restaurados. Pero, ¿qué podemos hacer cuando los cimientos morales de nuestra sociedad son socavados? Una antigua enseñanza del Rey David en el libro de los Salmos nos da la respuesta.