¿Cuántas veces hemos escuchado "yo quiero este coche para que me mueva"?
Nuestro cuerpo es el transporte con el que vamos por la vida, puede ser un deportivo o una carcacha descuidada. No importan los rayones, los golpes, las marcas; son símbolos de que hemos vivido. En un coche no importa el año, el color, la marca, lo que importa es el motor. La belleza es igual, no importan las cicatrices, las marcas, arrugas, canas, calvicie, son marcas de vida y muchas historias para contar. Cuida tu cuerpo como cuidas tu coche, agradece lo que tienes, valora y disfruta.
La belleza que tienes por dentro es la que reflejas por fuera.