Uno de los valores que nos urge rescatar es precisamente la Generosidad, entendiéndolo como el dar o compartir de lo que tenemos sin esperar nada a cambio, procurando el bienestar del prójimo.
Al reflexionar sobre la generosidad lo primero q viene a mi mente es dar dinero, sin embargo, es la manera más fácil e impersonal de ayudar y ser generosos. Donar, regalar e incluso prestar dinero es la forma rápida de justificarme que me interesan las personas, sin involucrarme , sin dejar que entren a mis pensamientos o incluso sin sentir el deseo de ayudar, sólo hacerlo para dejar tranquila mi conciencia.
Cuenta la historia que Simon Bolivar con el ejercito libertador estaban en el Páramo de Pisba año de 1819, las montañas están cubiertas de nieve y el frio insoportable. Era común que mujeres siguieran a sus hombres. Esa noche de tempestad una de las mujeres comenzó a parir. El Libertador salió de una pequeña cueva donde se había refugiado con cuatro de sus oficiales y se la cedió a la pobre mujer para que diese a luz. Cuando le informaron que la mujer parió fue a visitarla, con qué, ya salió de eso. Así es Libertador... Y es una niña. El Libertador dice: No es una niña; es Colombia quien ha nacido, descúbranse señores. La bebita estaba morada de frío... Toma, hija, arrópala con mi capa. Un oficial le dice. ¿Pero que hace Libertador? ¿Le va a regalar su capa con el frío que está haciendo? El Libertador le contesta: Más la necesita ella que yo. Salgamos señores, les dice el Libertador conteniendo la tos, las cosas no son de quien las tiene, si no de quien las necesita. Digamos todos viva, Colombia.
Diariamente hay personas q conocemos (no hablo de extraños), sino de gente cercana, que hablamos o chateamos al menos una o dos veces por semana, que están sufriendo en silencio, mueren lentamente porque no tienen una mano que les demuestre que son importantes, están solos, cargando con sus pensamientos, dificultades y temores, se sienten abandonados, creen que valen por lo que tienen o hacen y no por lo que realmente son. Estas personas anhelan nuestra generosidad, quieren unos oídos que los escuchen, quieren que alguien les diga “como te sientes”, “que tal va tu semana”, “nos tomamos un café virtual y hablamos?”, etc. Créanme allá afuera hay gente q se refugia en las redes sociales para encontrar sentido a lo q hacen, para q alguien apruebe o valore sus logros o sus experiencias, porque no tienen una sola persona en sus vidas que la mire a los ojos, le tome las manos y les diga “me interesa tu vida”.