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Si tuvieras la oportunidad de pedirle dos favores al presidente de la república donde vives, cuáles serían?  Si pudieras pedirle dos favores a tus papás antes de nacer qué les dirías? Imagina que puedes pedirle a tu Dios, o a tu creador dos favores cuáles serían?

Agur escritor de uno de los proverbios cuenta que le pidió dos favores a Dios y dice: *Oh Dios concédeme dos favores antes de que muera. Primero, ayúdame a no mentir jamás. Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza! Dame sólo lo suficiente para satisfacer mis necesidades.*

Por lo curiosa de esta petición de Agur, pudiendo pedir lo que quisiera, dedicamos estos dos episodios a entender estos dos favores: no mentir y sólo dame lo suficiente.

Favor Número 1:

*No mentir jamás*. De alguna sabemos lo dañina que es una mentira, nos han mentido y hemos mentido, cualquiera que sea el caso nunca ha salido bien en el largo plazo. Las mal llamadas mentiras “piadosas” o “blancas” nos han sacado del apuro en el momento, sin embargo, son como un boomerang que se regresan, exponiéndonos a la vergüenza, pues como decían los abuelos “primero se atrapa a un mentiroso que a un ladrón”.

La mentira daña en doble vía, a quien la dice y a quien la recibe, las relaciones basadas en mentiras difícilmente prosperan, en el ámbito que sea, nunca tiene buen lejos. La mentira es una atadura, algo q no te deja mover libremente, pues te amarra a algo que nunca fue y consume mucha energía para mantenerla. Una creencia de los indios americanos indica que al decir mentira la persona se divide en dos, una que vive la verdad y la otra que vive para mantener la mentira.

Generalmente la mentira se usa para no afrontar eso que nos avergüenza, para quedar bien ante los demás, por temor de ser rechazados y sepan quienes somos en realidad, para evitar un conflicto porque conocemos que esa persona siempre reacciona mal, queremos evitar una situación negativa, queremos quedar bien, ocultar una falta que hicimos porque nuestro ego nos impide fallar en algo, nos gusta ganar y si es mintiendo es válido, queremos sacar ventaja económica de algo o de alguien, queremos postergar la realidad, somos desconfiados y nos protegemos, para vernos como víctimas, queremos atención, a veces porque nos genera placer, nos gusta ser aplaudidos, queremos dañar a alguien o vengarnos, usamos la mentira como un “arma” de supervivencia. El libro ‘La consagración de la mentira’ expresa que para poder sobrevivir en la naturaleza, las plantas adoptan formas y colores que las hacen menos visibles ante algunos animales, y que todos los seres vivos en su lucha por la supervivencia desarrollan estrategias de ocultamiento y engaño ante sus posibles depredadores o ante sus presas y es tal el nivel en que hemos llegado que un estudio realizado por la Universidad de Southern California, mentimos cada 8 minutos 🤦🏻‍♂️, por ejemplo cuando alguien nos pregunta cómo estamos y respondemos “bien”, sabiendo que las cosas están mal.