Algo que he aprendido a través de los años es que las segundas Oportunidades nos cuesta aceptarlas, preferimos esforzarnos y darlo todo para lograrlo o alcanzar cualquier meta a la primera. Tenemos ese pensamiento romántico que se llega en la primera o ya lo vale. Atesoramos más el resultado que el proceso, sin entender la gran dependencia que tienen el uno del otro, a tal punto que a medida que el proceso se mejora, optimiza, el resultado llega como consecuencia.
Te invito a que hagas memoria de la última vez que te pasó que tenías una meta u objetivo que cumplir y que por más que lo deseaste, lo atrajiste, lo pensaste, lo declaraste e hiciste todo no salió bien a la primera como tú lo querías.
No llegaste a esa meta de ventas, ni entregaste el proyecto a tiempo, te pasaste de presupuesto, fallaste en los recursos que contrataste, en fin. Lo que te haya pasado.
Toda esa dedicación que le pusiste de nada sirvió, por más que lo hiciste con mente positiva, la mejor “buena vibra” y actitud quedaste corto, el resultado no fue suficiente, la embarraste con C mayúscula, no diste la talla.. las consecuencias aún las estas pagando.
Y ahora como a la primera no salió como se esperaba, en vez de intentar una segunda oportunidad o una revancha para aprender de lo vivido, decidiste rendirte, ceder, bajar las expectativas y aceptar lo que la vida tenía para ti, lo cual es bueno en ciertos casos, sólo que no era lo que realmente tú querías para ti.
Algunos me dirán que este mundo no da una Segunda Oportunidad y te responderé que es cierto, de alguna manera, porque te da muchas segundas oportunidades, aunque no lo creas… pensarás que te digo esto desde un punto de vista idealista, platónico, anecdótico y motivacional… pues no… te lo digo de verdad y basados en el aprendizaje de otros que como tú y yo no le hemos atinamos a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera, pero que finalmente lo logramos sólo después de mantenernos allí firmes, haciendo los ajustes necesarios, con mucho esfuerzo, dedicación, aprendiendo en el camino, sufrimiento en el proceso, manteniendo constancia y perseverancia, hasta lograr lo deseado.
No me crees? Por favor averigua cuántos cientos de prototipos de iPhone ha hecho Apple para llegar al dispositivo que tienes en la mano? Cuántas cientos de veces Tomas Alba Edisson intentó hacer un bombillo incandescente que funcionara? Cuántas variaciones ha hecho este año Mercedes a sus carros de F1 para lograr ganar una carrera? Es q a la primera son las excepciones.. Nos hemos acostumbrado a admirar el modelo terminado, no nos gusta ver como se hace la magia, queremos ver la magia terminada.. Pero los ensayos no nos gustan..
Mejor te invito a que veas la serie de Michael Jordan en Netflix y lo escuches decir sobre las tres veces consecutivas que él y los Bulls de Chicago fueron eliminados de la postemporada de básquetbol de Estados Unidos ante los Chicos Malos de Pistón entre el 1988 y el 1990, a pesar que ya Michael Jordan era reconocido como el jugador de básquet más valioso, así uno de los mejores jugadores del momento y líder indiscutido en anotaciones.
