Fracasar, tropezar, tener un revés, que un producto no se comercialice, que un proyecto se atrase o se cancele, que los planes se desvíen, que un emprendimiento falle, que el retorno de la inversión haya sido mal estimado, que el flujo de caja no se alcance, que la empresa tenga que cerrar o ser vendida o ser tomada por otra, que no se consiga apalancamiento de los bancos, ni de inversionistas, ni monetices tu negocio, que la empresa donde trabajas te diga “gracias y hasta aquí llega nuestra historia”… en fin, hay cientos de situaciones e historias que hemos vivido o que nos hemos enterado sobre “fracasos” profesionalmente hablando y muchos han sucedido durante este tiempo de pandemia.
Lo que voy a decirte espero jamás lo olvides “Logros sin fracasos no existen, pero fracasos sin logros todo el tiempo”, así de simple, tener situaciones de fracasos son parte del proceso para lograr objetivos y metas.
Sin embargo, cada vez más nos estamos preparando para el éxito, todos queremos que nuestros hijos sean exitosos, que nuestros colaboradores en el trabajo sean exitosos, cuando deberíamos estar preparándonos para lidiar con el fracaso. Es un hecho que fracasar es mucho más común que triunfar, sino miremos como la pobreza está más generalizada en el mundo que la riqueza y la desilusión es más normal que los logros. La gran diferencia entre los que logran y desisten es la forma como aprenden a entender el fracaso y a relacionarse con él.
Con este episodio quiero ser lo más transparente posible y decirte que el fracaso es parte del logro, de la misma manera que tienes planes, presupuesto, objetivos a corto y mediano plazo, recursos, también tienes fracasos. Es hora de aceptar que las ideas y acciones que coloques sobre la mesa no saldarán todas, cuando se desee lograr algo hay que considerar un margen para equivocaciones y tener oportunidades de aprendizaje a través de los errores, no todo lo de que planea se cumple al pie de la letra, no todo lo que deseas se realiza, siempre hay un toque de incertidumbre, de riesgo, una posibilidad de fallar, ya deja esa mentalidad romántica que porque lo pensaste, lo dijiste, se cumplirá y ya, pues no, estás en un sistema complejo, donde no controlas la mayoría de variables y con que alguna variable cambie, tus planes también cambiarán. Adicionalmente, ya deja de llamar apresuradamente "fracaso" a toda situación aisladas en tu vida que genere un impase y que impida que las cosas salgan "perfectas" para ti.