Antes de hablar de amarnos y de aceptarnos como somos, debemos hablar de saber quienes somos, es que como aceptaremos algo que no sabemos que es… que no conocemos… es necesario empezar con en el ejercicio del auto conocimiento y del autoconcepto, estar claros sobre qué nos define, qué nos importa, qué podemos ofrecer, qué necesitamos, en fin.
Debes tener la visión correcta de ti …empecemos por responder la pregunta “tan sencilla” ¿Quién soy yo?.. Cada vez creó más que si esta pregunta estuviera en las pruebas de ingreso a las universidades o empresas o cargos públicos, te aseguro que la mayoría de personas no pasarían..
Es que nos enseñan de niños a aprender sobre todo (historia, geografía, matemática, de todo), pero muy poco para saber sobre nosotros mismos, y al llegar a la adulta muchas veces no tenemos un balance correcto de nosotros y tenemos incongruencias entre lo que creemos, lo que pensamos, lo que hacemos, lo que queremos y lo que somos.
Y es que las personas que se conocen bien saben gestionarse mejor en todo momento. Es tan relevante que te conozcas a ti mismo que cuando sucedan eventos que consideres que se cae el mundo a tu alrededor o te pasen las mejoras cosas de la vida, no serás una montaña rusa de emociones, porque no se derrumbará tu mundo interior, ni tampoco te creerás mas de lo que sabes que eres.
Y créanme que lo entiendo … porque Responder ¿Quién soy yo? Te digo que da miedo.. Es como verse al espejo desnudo, da cosita encontrarse con uno mismo, seguramente si intentas responder esa pregunta, te vendrá a la mente tus defectos, todo aquello que te descalifica y debilita, mostrando así una versión distorsionada de ti y por lo tanto, te mostrarás vulnerable y entonces empezarás a exagerar “las cosas” buenas que tienes y allí se pierde la objetividad, es que siempre que quieras hablar de ti estarás sesgado.
Responder esta pregunta no es algo que puedes hacer sin un ejercicio de autorreflexión previo, puesto que lo más probable es que respondas basado en lo que vives y sientes en ese momento, o basado en tus miedos o tu posición de poder, pero a la primera será muy complejo si nunca antes te habías hecho esa pregunta de Quién soy yo?
Además, hay que tener en cuenta que, desde el primer minuto, nuestro conocimiento sobre nosotros mismos está limitado. Aunque parezca engañoso, muchos aspectos de nuestra propia personalidad son mejor conocidos por quienes nos rodean que por nosotros. ¿Por qué? Porque nuestra visión sobre mucho de lo que hacemos, está sesgada.
Dado que nuestra vida es más importante para nosotros que para la mayoría, tenemos interés en deformar la realidad, la interpretación sobre lo que nos ocurre, para que encaje en esa narración que hemos creado para darle una respuesta a la pregunta de "quién soy". Así pues, debemos ser humildes a la hora de extraer conclusiones acerca de quiénes somos, y admitir que siempre hay espacio para la rectificación. Como lo dice el libro de Ryan Holiday , el ego es el enemigo, porque distorsiona la realidad y nos hace perder la humildad.
Por alguna razón creemos que somos nuestro trabajo o nuestra profesión, decimos “soy ingeniero”, “soy médico cirujano”, “soy…” la profesión u ocupación y esto no es así…
Tampoco somos nuestro aspecto físico, “soy alto, simpático, delgado, tengo un lunar en la nariz, etc”… no eres tú el aspecto que tienes, ni tus limitaciones físicas, ni mentales.
Entonces quién eres?? Buena pregunta verdad??
Somos lo que creemos. Ten presente que hoy somos y creemos lo que hemos recogido en el camino, somos lo vivido de las experiencias, estudios, de los viajes, de lo que hoy nos ha traído hasta aquí. Ahora lo que estamos obligados a hacer es ampliar, extender, cuestionar, incluso en algunos casos romper para volver a empezar, sólo que tiene mayor valor hacerlo en tu estado presente, siendo el responsable de tu vida de quien eres y de que quieres.