La empatía va más allá que cogerle pena a la gente y hacer cosas por cumplir con lo que la sociedad piensa que es correcto (esto tampoco es ser correcto, esto es ser hipócrita). La empatía me quita a mi del centro para voluntariamente poner a mi prójimo.
Hay cientos de historias en la Biblia y quizás la más impactante en este tema es la del buen samaritano, pero para mi hay una que me sacude el corazón y se encuentra en Lucas 7:11-17. Cuando Jesús al ver a una madre viuda camino al entierro de su único hijo. Al ver el panorama completo va frente al joven muerto y lo toca para decirle levante.