“Desde La Raíz del Grito esperamos que la comunidad asuma que estando así las cosas es necesario organizarse para revertir el orden injusto de la situación. Pero también podemos decir que es un error suponer que esa comunidad es un todo uniforme que actúa con la unicidad de una sinfónica. No es así. La comunidad es un horizonte, y lo que hay efectivamente son lazos que configuran una trama comunitaria, que es otra cosa. Lazos que son variopintos y tornasolados. Vínculos que se construyen en relaciones diarias, en torno de las cuales hay que cultivar cercanía, como también gestionar aquellas distancias, para poder producir decisiones colectivas.”