Hebreos 11:1-20
¿Cuál es la máxima prueba para nuestra fe? Nuestra confianza en Dios puede ser probada y cuando decimos que puede ser probada se trata de una evaluación externa. ¿Quién evalúa nuestra confianza en Dios?
La epidemia ha sido un instrumento de evaluación en manos del “Gran Evaluador”, el Señor del cielo y de la tierra.
¿Cuál es la máxima prueba para nuestra fe? Una enfermedad, crisis económica, desempleo, la muerte de un ser querido?
Dios puso a prueba a Abraham, lo escogió para probar su fe, habiendo nacido Isaac, le pidió que tomara a su único hijo a quien tanto amaba y que fuera a Monte Moriá y lo ofreciera como holocausto entregándoselo a su Dios. En ese momento un ángel le detuvo la mano a Abraham.
Hoy muchas familias han pasado por la muerte de un padre, o madre, o un ser querido. Vamos a renunciar a nuestra confianza en Dios porque no ocurrió lo que nosotros planeábamos? Dejaremos de obedecer al Señor porque tomó la vida de alguno de los nuestros?
Abraham es ejemplo de obediencia cuando el dolor más grande lo inundaba al ver a su único hijo a punto de morir, dispuesto a entregar la vida de su hijo si esa era la voluntad del Señor.
Otro ejemplo de fe es Job, quien perdió su fortuna y sus hijos en el mismo día y decía: Si De Dios hemos sabemos recibir lo bueno, no sabremos también recibir lo malo? Después de todo el sufrimiento Job declaró: desnudo salí del vientre de mi madre, el señor ha dado, el señor ha quitado, bendito sea el nombre de Dios.
Estaremos dispuestos a entregar a nuestra familia si esa es Su voluntad?
El Señor vió que Abraham era obediente y lo bendijo.
Haz lo que quieras de mí Señor, tú el alfarero, yo el barro soy.
Amén