Mateo 6:9-13
¿Deseas que la voluntad de Dios sea hecha?
¿Estamos de acuerdo que su voluntad se haga en nuestra vida?
Jesús enseñó a sus discípulos la actitud correcta que hemos de tener ante Dios en una oración como “El Padre Nuestro”.
En esta oración Jesús nos enseña a relacionarnos con el Padre y con los seres humanos, son las relaciones más estrechas que tenemos. Primero con el Padre y luego con las personas que nos rodean, en esas dimensiones nos movemos. Nos enseña a dirigirnos como Padre y si él es el padre, entonces todos somos hermanos.
Según la escritura el cielo es el lugar donde Dios habita, su nombre es santo, reverenciado y glorificado. Venga tu reino y el reino al que se refiere es el reino del Mesías que esperaban, que Juan y Jesús anunciaban, que su soberanía triunfe, que se introduzca su dominio.
Pedir que el reino venga es solicitar que el dominio de Cristo y su soberanía sobre el mundo triunfe, la voluntad De Dios corresponde al reino que se cumple en el cielo y en la tierra. La voluntad De Dios de mandamiento que es desobedecida frecuentemente por nosotros. Pocos podemos decir como Jesús, mi comida es hacer la voluntad de quien me envió. Muchos oramos así, siguiendo nuestro corazón egocéntrico, que Dios se ajuste a mis necesidades. Dios no cumple caprichos. Hágase tu voluntad como en el cielo, también así en la Tierra.
Jesús acepta con valentía hacer la voluntad del padre al estar en la cruz con dolor. Hemos de tener la valentía de aceptar la voluntad aún con dolor si esa es Su voluntad. Jesús nos enseña a pedir el pan para subsistir que representa el sustento del cuerpo y el perdón para vivir, perdonando también nosotros a quienes nos han transgredido u ofendido y luego buscar el perdón del Padre.
¿Estamos dispuestos a perdonar a todos? Si Dios tuvo compasión de nosotros, también nosotros hemos de perdonar como hemos sido perdonados.
Y no nos dejes caer en tentación si no líbranos del maligno, la petición a Dios es que en su divina providencia no nos suelte cuando pasamos por circunstancias que ponen nuestro carácter y principios a prueba y pueden ser la ocasión para ofenderle a él.
A Job Dios lo colocó en una prueba al quietarle sus hijos, riqueza y su salud. Su esposa le dijo que maldijera a Dios por la suerte que estaba viviendo, pero Job no ofendió a Dios y dijo: ¿Si aceptamos los bienes que Dios nos envía, porqué no hemos de aceptar los males? Job confió en la misericordia De Dios que lo rodeaba en todo su sufrimiento.
Muchos hemos estado bajo prueba pero Dios nos pide que confiemos en Él, y nos da consuelo y paz. El enemigo quiere destruir nuestra fe, nuestra relación con Dios. Acerquémonos al Padre y que su voluntad sea hecha en nosotros, que nos libre del maligno, reconozcamos que Dios nuestro Padre tiene un propósito que por ahora no vemos pero es para el bien de nosotros, en medio de este dolor y sufrimiento que nos ha tocado pasar como país, como familia.
“Haz lo que quieras de mi Señor”. Amén