Salmo 40
Job pidió a Dios paciencia y siendo siervo de Dios pasó por circunstancias muy difíciles, perdió los bienes que tenía siendo muy rico, en un día murieron todos sus hijos y su salud se vió afectada. ¿Podría pasarle algo peor aun siervo de Dios como Job? ¿porqué permitiría Dios que le pasara todo esto? Sin embargo Dios contestaba su petición de ser paciente. Dios le dió sufrimiento porque a través de él Dios desarrolla nuestra paciencia. Job cayó en el pozo de la desesperación, perdió la esperanza, no había familia ni futuro.
El hábito de la desesperación es peor que la desesperación misma. Una cosa es la desesperación y otra cosa es caer en el pozo de la desesperación, es no encontrar la salida y sentirse perdido sin posibilidad alguna. El salmista David cayó en el pozo de la desesperación. ¿Hemos caído en este pozo de la desesperación sin fuerzas para luchar y vivir? Dios nos ha colocado en este pozo para aprender a confiar en Él, a ser paciente y ser constantes en la fe en Él.
David puso su esperanza en el Señor y Dios lo sacó del pozo y puso sus pies en tierra firme. Cuando creemos que no hay salida Dios es fiel y nos libera, si ponemos nuestra confianza en Él. Nos salva y libera en el momento oportuno dándonos vida, nos rescata de este pozo. Dios quiere que le obedezcamos y estemos dispuestos a hacer su voluntad. Clamemos al Señor y Él nos responderá y pondrá nuestros pies en terreno firme.