Salmo 22
El salmista David clama en su angustia y agonía a Dios.
Solemos perder la fe cuando enfrentamos a la enfermedad y sufrimiento. Sin embargo el Salmista reconoce y pide a Dios que lo libre y lo rescate.
El salmista pide a Dios que lo libre, lo rescate y lo salve y si el Señor lo salva el promete proclamar el nombre de Dios a sus hermanos e invitando a todos a adorar a Dios porque El los ha considerado. Dios nos ha considerado, no ha pasado por alto ni ha tenido en menos el sufrimiento de los necesitados, no les dió la espalda si no que ha escuchado sus gritos de auxilios.
El Señor Dios no tiene en poco el sufrimiento de los enfermos, no les ha dado la espalda si no que escucha sus gritos y El está con nosotros cuando lo invocamos y reclamamos su presencia. El responderá nuestra súplica.
¿Quién nos apartará del amor de Cristo? la tribulación o la angustia, la persecución, el hambre, la pobreza, el peligro o la violencia, la enfermedad o la muerte? Nada absolutamente ni nadie podrá apartarnos del Amor que Dios nos tiene en Cristo Jesús Señor Nuestro (Romanos 8:39)