Lucas 8:40-56
Las enfermedades que sufrimos son una oportunidad que Dios nos da para buscarle porque cuando estamos sanos poco le buscamos.
Al estar enfermos pasan pensamientos que nos perturban, que no tendremos cura, que nadie nos va a ayudar, que nuestra muerte está cerca y estos pensamientos nos intranquilizan y aterran y también a nuestra familia que nos ve enfermos. Estos pensamientos pueden desviar nuestra fe en Dios y hacernos perder la confianza y esperanza en el poder de Dios. Llegamos a pensar que la enfermedad tiene más poder que Dios, quien creó nuestro cuerpo y la creación.
Cuando tenemos una enfermedad o algún miembro se encuentra enfermo estamos dispuestos a buscar ayuda y nos esforzamos para recuperar la salud.
Jairo, preocupado por la salud de su hija se postró a los pies de Jesús y le rogó que fuera a ver a su hija moribunda. Jesús aceptó ir a la casa de Jairo y en el camino la multitud lo apretujaba y entre ella había una mujer enferma con hemorragia de hacía 12 años quien se acercó a Jesús y tocó su manto. La mujer creía que con tan solo tocar el manto de Jesús se sanaría y así fue, pensó que Jesús no se daría cuenta de su toque personal y de fe, estando apretujado por la multitud que no lo dejaban caminar. Jesús es consciente de que poder había salido de él y preguntó quién lo había tocado?, nadie quiso aceptar y Pedro no comprendía y la mujer vino temblando delante de Jesús y confesó que su flujo de sangre había parado al tocarle y Jesús le dijo que por su fe había sido sanada.
Entre tanto un mensajero de Jairo llegó a avisar que su hija había muerto y que ya no molestaran más a Jesús y al oirlo Jesús le dijo a Jairo, no tengas miedo, solamente cree y tu hija se salvará. Llegó Jesús a la casa de la niña muerta cuando todos lloraban su muerte y Jesús le habló a la niña y le dijo que se levantara y ella obedeció.
El toque de fe activó el poder de Dios, la angustia de un padre que ve a su hija única muriendo y creyendo solamente, y esperando en el poder de Dios, su hija fue sanada.
Busquemos a Dios confiando que su poder sana enfermos y resucita muertos. El poder de Dios está disponible para todo aquel que cree en Jesús. Para todo aquel que cree en Dios, todo es posible y su poder sana al enfermo. El Señor nos exhorta a tener fe. Dios atendió la necesidad de Jairo y de la mujer con flujo y lo que hicieron fue buscarle y creer que Dios sana y fueron sanados. Amén