Salmo 5
Todos tenemos un rey, alguien o algo que nos dirige, que nos rige, nos gobierna, manda sobre nosotros. En algunos casos somos nosotros mismos nuestros reyes.. Nuestros deseos ambiciones y proyectos de vida se convierten en nuestros tiranos a los que nos sometemos. ¿Quién es tu rey? todos hacemos una elección, cada quien elige a su rey que dirige su conducta y su interior
El salmista David a elegido a su Dios a quien le llama rey mío y Dios mío y le pide que escuche sus suplicas.
Todos queremos que nos escuchen, que seamos considerados. Nadie habla al viento.
El salmista eleva su oración directamente a su rey, a su Dios y le pide que lo atienda y le ponga atención, que lo oiga y que lo mire. Dios nos pone atención cuando le buscamos con el corazón, todo el que pide recibe y el que busca encuentra y el que llama a la puerta se le abre.
De la forma en que comiences el día, marcará el final. Si empiezas invocando a Dios con fe, El te escuchará.
Dios quiere ser adorado en espíritu y en verdad. Nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo que Dios nos ha dado y que habita en nosotros. Rindamos nuestro corazón a nuestro rey y adorémoslo cada día. Jesús es el rey porque se hizo obediente a su padre hasta la muerte, y muerte de cruz para limpiar nuestros pecados. ¿Haremos a Jesus nuestro rey? El responde y nos protege cuando lo necesitamos.
