Lucas 22:7 23
La Pascua es una fiesta judía, del pueblo de Israel que recuerda cuando el pueblo de Israel fue liberado de la esclavitud egipcia. Para Israel fue un gran acontecimiento después de que Moisés se enfrentó varias veces al faraón egipcio y no cedía. La última advertencia consistió en un ángel vengador, que fue recorriendo las casas de los egipcios, inclusive las casas de los israelitas y entraba el ángel y mataba al primogénito. El Señor advirtió a su pueblo de Israel, comer un cordero y la sangre untarla en el dintel de la puerta para que éste ángel no cruzara la puerta. En las casas donde no había esa señal de la sangre, el ángel mató al primogénito, inclusive al primogénito del faraón. Moisés salió de Egipto y el pueblo de Israel cruzó el mar en seco.
Jesús avanzó hasta Jerusalén montado en un burrito, aclamado por todos, reconociéndolo como el enviado del Señor, y ahí celebra la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que tenía que morir y es un hombre que enfrenta la muerte con valentía, entereza y decisión.
Jesús está con sus discípulos y les avisa que será la última vez que estará con ellos y bendice el pan y el vino pidiendo que hicieran esto en memoria de El, haciendo una semejanza del vino con su sangre que sería derramada por todo el mundo para nuestra salvación y el pan es como su cuerpo que será partido por nuestros pecados.
Jesús sabía que uno de sus discípulos lo entregaría a las autoridades Romanas y sería juzgado y crucificado. Gracias a Dios por el sacrificio de Jesús que recordamos al partir el pan y beber el vino, el cuerpo y la sangre de Jesús entregado y derramada por todos nosotros. Amén.
