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Marcos 1:35 / Lucas 4:42

Predicación impartida por la hermana: Alba Flores Simón 

La palabra hábito es un patrón de comportamiento a menudo inconsciente que se adquiere por repetición frecuente.

Una vida consagrada es una vida que ya no busca satisfacción propia mediante un estilo de vida pecaminosa, si no que se ha entregado a Dios y a Su Voluntad en su vida.

1er hábito. Una vida de oración. Los discípulos del Señor no lo entendían del todo que Jesús estaba haciendo lo más importante en su vida que era orar y se alejaba de las multitudes. Se refiere a sentir día con día la necesidad de buscar a Dios, deseo, gozo y alegría, el poder que viene el orar, que pueda ser hábito no sólo cuando estamos en necesidad o aprietos. Una vida sin oración no puede ser una vida consagrada a Dios.

2do hábito. Tener una vida de fe. Salmo 103:19. Jehová estableció en los cielos su trono y su reino domina sobre todo. El conoce nuestras necesidades antes de que se las pidamos. El Señor tiene el control de todo y hemos de confiar en él. Cuando confiamos en Dios se afianza nuestra comunión con él y tenemos una relación estrecha.

3er hábito. Meditar en la palabra de Dios. Salmo 63:6-8. Meditar la Palabra De Dios es leerla y entenderla, reflexionar, pensar y examinar nuestro corazón a la luz de lo que Dios nos dice. Lampara es a mis pies tu palabra y lumbrera mi camino. Nuestra mente se aclara cuando leemos su Palabra. Josué 1:8. Una vida sin meditar en la palabra De Dios no puede tener una vida consagrada.

4to hábito. Obedecer a Dios.  Llevar una vida de obediencia a nuestro Dios. Deut. 27:10. Cuando obedecemos a Dios andamos en un nivel más alto. Somos hijos de Dios. Pongamos en nuestra vida primero a Dios y todo lo demás viene por añadidura.

5to hábito. La dependencia del Espíritu Santo. Somos seguidores de Cristo recibiendo su salvación y ahora somos morada del Espíritu Santo. Lucas 29:49. Su Espíritu va con nosotros siempre.

6to hábito. Dar a Dios y a otros. Lucas 6:38. Dios nos bendice en gran manera. Traed los diezmos al alfolí y halla alimento en mi casa.

7to hábito. Perdonar a los demás.  No podemos tener una vida consagrada a Dios si en nuestros corazones albergamos rencores, aprendamos a perdonar.

Hagamos nuestros estos hábitos para tener una vida consagrada a Dios, Amén!