Salmo 13
Hay situaciones que nos hacen desesperar cuando no encontramos la salida a lo que estamos pasando, cuando las adversidades nos superan y nos sentimos a oscuras sin ver la luz al final del túnel.
La desesperación llega a ser una jaula de la que no podemos salir.
Al estar desesperados hay una salida que todos vemos, la muerte. Todos alcanzamos a ver esa salida al final. Y si la muerte es el final y después no hay nada, no es también para desesperarse?. Desear que con la muerte se acabe todo y de no ser así tener miedo a lo que vendrá después.
¿Qué o quién puede librarnos de esta desesperación? Cuando no queremos pensar en la desesperación es como querer tapar el sol con un dedo, pero la fe es una gran salida!.
La fe consiste en que todo vaya a parar a Dios. Jesús ha vencido a la muerte y nos ha dado la victoria! Jesús dijo: Yo soy la resurrección y la vida, aunque muriere vivirá!
El salmista está desesperado y ruega, mira, respóndeme, alumbra mis ojos. Para acercarse a Dios hay que acercarse con fe. La fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que Él existe y que recompensa a quienes lo buscan. (Hebreos 11.1-6)
Dios nos da la fe como un regalo para invocar su nombre y seamos salvos. Una mujer se acercó en medio de una multitud tocando a Jesús y fue canda por su fe.
¿Te acercarás a Jesús hoy con fe o seguirás desesperado? Sólo quien confía en Jesús podrá salir de la desesperación en cualquier circunstancia que enfrenta.
