Lucas 3:3, 15-17
Juan el Bautista, su acción es bautizar y así se le distinguía por su labor. Fue llamado para preparar el camino del Señor y bautizar al pueblo judío. Los que venían a ser bautizados eran aquellos que tenían la disposición y voluntad de volverse a Dios, hoy decimos conversión, que significa que volví mi mirada a Dios. De caminar en un sentido, ahora me muevo en el sentido hacia Dios.
Juan le abrió la brecha a Jesús, y prepara al pueblo para que recibieran a Jesús y les llama al arrepentimiento, a un cambio de mentalidad y lleva a la salvación.
Cuando Dios pone tristeza en nuestro corazón comienza nuestra actitud de arrepentimiento, porque lamentamos haber ofendido a otro, porque queremos cambiar de conducta. Quienes oían a Juan el Bautista tenían la disposición de cambiar de sentido, venían y eran bautizados con agua en el río Jordán como una señal de arrepentimiento. Dice Juan: Yo los bautizo con agua, pero viene uno más poderoso y El les bautizará del Espíritu Santo.
Jesús vino a darnos su Espíritu Santo, para guiarnos y amar al Señor con el corazón, mente y cuerpo para hacer su Voluntad y el Espíritu Santo intercede por nosotros para seguir adelante, esta es la nueva naturaleza que Jesús ha traído a la humanidad. Por medio de Adán entró la muerte y por medio de Jesús entró la vida eterna. Amén!