Lucas 3:1-14
Preparen el camino del Señor, ábranle un camino, todo el mundo verá la salvación de Dios.
Juan el bautista fue delante del Señor para preparar el camino. preparar un pueblo dispuesto a recibir a Jesucristo. Se requiere cambiar nuestra posición o el Señor puede cambiarla de forma dramática. La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió. (escritor Fco. de Quevedo). Es difícil que un orgulloso deje de serlo, pero Dios lo hace cambiar de posición. Dios siempre tiene misericordia de quienes lo reverencian.
Un espíritu quebrantado no desprecia Dios. Juan predicaba a la gente que debían volverse a Dios y ser bautizados para que Dios les perdonará sus pecados. La gente salía para que Juan los bautizara, y les decía: pórtense de tal modo que se vea claramente que se han vuelto al Señor. Además el hacha ya está lista para cortar los árboles de raíz.... todo árbol que no da fruto se corta y se hecha al fuego. La gente le preguntaba qué tenían que hacer y Juan les contestó: el que tenga dos trajes dele uno al que no tiene, el que tenga comida compártala con el que no tiene, a los que cobraban impuestos, les decía que no cobraran de más, que no se le quitara a la gente que no tenía.
Hay que venir con un corazón arrepentido ante Dios y estar dispuestos a preguntarle ¿qué debo hacer Señor? y quien lee su Biblia puede saberlo. El arrepentimiento es volver la mirada a Dios y entonces mostrar un comportamiento que demuestre que hemos cambiado y obedecemos al Señor. Se necesitan grandes transformaciones del terreno para que una carretera se abra. Nuestro corazón necesita ser humilde con los ojos puestos en Dios.
Juan les decía... yo los bautizo con agua, pero el que viene detrás de mí los bautizará con el Espíritu y así los preparaba. Amén
