Como el agua refleja el rostro hacia el corazón del hombre refleja al hombre Proverbios 27:19 En estos tiempos modernos donde se vive de prisa, y dónde pareciera que no hay mucho tiempo como para mantener las relaciones interpersonales de una manera más estrecha con la familia o las amistades. Aún con toda la tecnología tan avanzada y al alcance de muchos, y cierto que la tecnología es una herramienta muy útil, de mucho beneficio y que nos ahorra tiempo distancia, dinero. La tecnología que nos hace estar más cerca de aquellos que nos encontramos a distancia. Pareciera que nos estamos acostumbrando a que en un instante nos podemos conectar con familiares o amigos, para conversar para hacer negocios trabajos o proyectos, ya sea enviando mensajes de texto, mensajes de audio, llamadas, o videos o videollamadas, o utilizando otras aplicaciones, es sorprendente este medio de comunicación. Sin embargo, sigue siendo una necesidad la presencia física. Nunca ningún medio podrá suplir la importancia de ver los rostros, las expresiones, mirarse a los ojos. En nuestra relación es como creyentes, para nuestro bien espiritual, es necesario que haya intercambios personales, frente a frente, cara a cara. El creyente no puede vivir aislado estar ausente de sus hermanos, no es provechoso estar alejado de las reuniones, apartado de la iglesia, tal acción no es de edificación para los hijos de Dios. En efecto, sin verse unos a los otros ¿como se podría transmitir una sonrisa sin ver sin ver el rostro de la otra persona? ¿cómo expresar el afecto que sentimos por alguien si no estamos presentes? Retengamos el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, que no se conformó con hablarnos desde el cielo, no fue suficiente con ponernos en este mundo maravilloso. Ni le basto con enviarnos mensajeros para decirnos lo mucho que nos ama, sino que él vino en persona hasta nosotros, bajo en forma humana para que los hombres pudiesen verlo, hablarle y conocerlo. El mismo Jesús se acercó a un leproso, a un minusválido y a una mujer culpable, los escucho, los miro, los tocó y les hablo. Cómo hombres y mujeres nacidos de nuevo en Cristo, es mucho más edificante estar cerca de los creyentes, de la familia y de los amigos, atendamos las palabras del rey David Salmo 133:1 ¡No hay nada más bello ni más agradable que ver a los hermanos vivir juntos y en armonía! 2 Es tan agradable ver esto, cómo oler el buen perfume de los sacerdotes, perfume que corre de la cabeza a los pies. 3 Es tan agradable como la lluvia del Norte que cae en el monte Hermón y corre a Jerusalén, en el sur. A quiénes viven así, Dios los bendice con una larga vida. Autor anónimo. Adaptación y mensaje por David González. Cita bíblica RV 1960